No me siento cómoda con definirme como improvisadora, ni como compositora, ni como intérprete. Ninguna de esas palabras, que para mi entender siguen tendiendo a tener significados taxativos en el lenguaje cotidiano, describe mi trabajo con la música ni cómo me siento con ella. ¿Qué soy? ¿Quién soy? Soy Alma Laprida, e invento mis propios métodos para hacer las cosas.
El cuerpo, lo gestual y la presencia escénica para mí son fundamentales. Me gustan los conciertos desconcertantes; me gusta intentar despertar el inconciente y lo soterrado. Necesito sentirme libre de las palabras (con excepción de la poesía, que es liberadora) y de las formas de hacer.
Soy un león enjaulado. Me gusta pensar que aquello que parece el sueño de anoche es factible de que ocurra en la vigilia.
“3 (boceto para obrita para cinco trombas marinas”, Alma Laprida (2012), para tromba marina.
"208 metrónomos para una poesía”, Alma Laprida y Víctor Grinenco (2011), para ocho metrónomos, violín y tromba marina.
Ciclo de Poesía Asunción, abril de 2011.
Buenos Aires, Argentina.
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